El tiempo perdió su sentido del tiempo.
Como si de oleaje tratase, los minutos
oscilaban entre segundos y horas,
inconstantes, inconscientes
incoherentes, imborrables.
Y entre cuartos crecientes y cuartos menguantes,
el tic tac del reloj, bailó al ritmo de las palabras.
P.D. gracias a Vino Blanco, por regalarme respuestas, y abrirme los ojos a otras inquietudes y retos.
El Loco
2 comentarios:
uy!!! qué mooono!
vino tinto
Para mono, mono, Amedio, jejejej
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