Un momento chicos, antes de emprender la marcha, necesito un par de jarras-comentó Manniken-
-Nosotros te acompañamos-Bookman y Mr.Furia se unieron a él, y se acercaron al único pub que encontraron en su última visita a Milán
-Hombre que sorpresa, jeje, ¿acaso venis a celebrar el segundo puesto?-comentó Vatticana que se encontraba junto a varias Feminattis dentro del local-
-A la mierda Vatticana-respondió Manniken-
-Uy, el niño se enfada, jeje. Por cierto, lo de Manniken, debe ser porque la tienes igual de pequeña que el niño de bruselas.
-Tienes razón Vatticana, bingo.
-jejeje. Todavía estamos esperando que nos feliciteis por el triunfo.
-No le hagas caso Manniken- intervino Mr.Furia.
-No Furia, si tiene razón en todo lo que ha dicho. Y mira Vatticana, para que veas que no te tengo rencor, te voy a preparar una tortilla de patatas, seguro que nadie te ha cocinado a estas horas. Y no tengas miedo, recuerda que seguimos en pacto de no agresión.-Mientras Manniken decía estas palabras, la cara de Bookman iba palideciendo. Agarró a Mr.Furia del brazo, y se separaron hasta un rincón del local-
-Furia, Manniken está loco, lo va a hacer.
-Seguro que es cachondeo Bookman, ya sabes como es, no creo que se atreva, es muy arriesgado, encima seguimos en trégua.
-Que no es broma, seguro. Te recuerdo que fui testigo presencial de su última tortilla, y ya sabemos como acabó el tema. Además, estas situaciones le motivan, pierde la cabeza por vivir estas experiencias. Trata de impedirlo Furia, trata de impedirlo. Solo al escucharlo decir tortilla me han entrado escalofríos.
-En ese caso, no hay vuelta atrás, ya no entrará en razones. Si ha dado el paso, es, porque confía en sus posibilades, ya sabemos que su margen de error es mínimo. No te preocupes Bookman, siguemé el juego y no digas nada. -Mr.Furia y Bookman, volvieron junto a Manniken, que seguía conversando animosamente con Vatticana-
-Jajajaja, no me creo que rompas los huevos de dos en dos, jeje.
-Jejeje, que si mujer, y mientras con una mano voy batiendo los huevos, con la otra pelo las patatas-explicaba Manniken, guiñando un ojo a Mr.Furia y Bookman-
-Bueno, nosotros nos vamos Manniken.-le devolvieron el guiño-
-Yo me quedo un rato más.
-Ok.Te esperamos en el autobús.-BookMan y Mr.Furia salieron del local-
-¿No tienes miedo de quedarte a solas con nosotras?-Preguntó Vatticana-
-Mi único temor es que el aceite no sea de calidad para prepararte la tortilla, jejeje.
-Jeje, entonces ¿Lo dijiste en serio?
-Claro preciosa, ha sido de mal perdedores no felicitaros por el triunfo, y a ti, como lider de vuestro movimiento, quiero recompensarte por tan mala actitud. ¿O acaso no tienes huevos?
-Imbécil, tengo todo lo que puedas necesitar para un tortilla. Acompañamé al apartamento niñato, creo que hoy me voy a reir bastante. Vosotras, en un par de horas os quiero de regreso.
Manniken y Vatticana, se subieron al tranvia que los dejó cerca del cuartel Feminatti. Vatticana cogió las llaves de su bolso, y se adentraron en el apartamento. Una vez dejados los abrigos, pasaron a la cocina. Manniken, abrió la nevera y cogió un par de huevos.
-Ten Vatticana, aguanta los huevos mientras cojo las patatas- Manniken le entregó un huevo en cada mano-Sobretodo que no se rompan. Acto seguido, y de tremenda violencia, le arrancó de un fuerte tirón la camisa a Vatticana-
-¿Pero que cojones ha...?-Los labios de Manniken, se soldaron a los de Vatticana, como si quisera borrárselos de la cara. Su mano izquierda sujetaba la nuca de ella, mientras con la derecha, acariciaba uno de sus pechos. Los huevos cayeron al suelo. Manniken siguía besándola contrarrestando los forjeceos de ella. Las uñas de Vatticana se clavaban en la espalda de Manniken. Cuando notó que Vatticana empezaba a dejarse llevar, separó sus labios de los de ella, y empezó a besarle el cuello apasionadamente, alternando con leves modircos, descendiendo hasta llegar a sus pechos completamente excitados. Manniken, se arrodilló delante de ella, y mientras besaba el vientre de Vatticana , empezó a desabrocharle los pantalones. La respiración de Vatticana se entrecortaba. Le bajó los pantalones de un fuerte tirón. Volvió a besarle la boca, dejándola sin respiración. Las manos de Manniken, se deslizaban por la espalda de ella, desde los hombros hasta su culo, en movimientos precisos y presionando levemente, trazando el recorrido de su columna. La cogió fuertemente de la cintura y se situó detras de ella. Siguió acariciandola desde los pechos hasta sus muslos, evitando el contacto con los genitales de ella. Los primeros gemidos de Vatticana, empezaban a ser audibles. Manniken continuaba con las caricias, mientras recorría con los labios su espalda. La excitación de Vatticana seguía en aumento. La cogió de los hombros y la inclino hacía la mesa, sus piernas estaban temblorosas.
-Quiero sentirte dentro de mi- repetía Vatticana con la voz entrecortada-Cabrón entra ya.
Manniken haciendo caso omiso a los ruegos de ella, continuaba con su ritual hasta centrarse en acariciar el sexo de ella. Vatticana estaba fuera de si.
-Cabrón, entra de una vez.
-No tengas prisa, lo mejor está por llegar-susurraba manniken-
-Dios, no aguanto más Manniken-Gritó Vatticana entre convulsiones.
-Muy bien, si es lo que deseas-Le dijo Manniken al oido, en tono lascivo, mientras iba bajandole a Vatticana su ropa interior.
-Quiero tenerte dentro-repetía ella. Manniken se bajó sus pantalones y dejó que Vatticana pudiera colocarse frente a él. La mirada obsesiva de Vatticana, no intimidaba a Manniken, que disfrutaba viendo a la feminatti fuera de control.
-Cabrón, ha llegado la hora de convertirte en un hombre- Vatticana se arrodilló, y mientras le bajaba los shorts, con voz temblora le dijo:
- Es hora de ver como actúa tu arma secreta.
-Tu lo has dicho Vatticana. -Manniken cogió el pelapatatas de la mesa, y de una estocada certera, se lo clavó en la nuca. Vatticana, solo tuvo fuerzas para levantar la cabeza y mirar la sonrisa de Manniken.-Imbécil, me llaman Manniken, porque actúo con el arma a la vista.
-Hijo de p....- Vatticana cayó desplomada al suelo. Manniken se subió los pantalones, recogió su abrigo, salió del apartamento y se dirigió al autobús.
-¿Como ha ido la tortilla?-Preguntó Bookman inquieto.
-Un éxito, como siempre.
-jejejejeje.
Manniken
1 comentario:
Uffffff....menos mal que has puesto lo de 18 años....solo te ha faltado poner los dos rombos.
Genial....!!!! Genial!!!!
Vamos para el nobel de literatura...
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