Crónica Vienesa

Fin de semana en Viena, previo paso por Bratislava. El avión aterrizó en la capital eslovaca y desde el aeropuerto nos fuimos a la estación del centro de la ciudad para poder coger un tren hacia Viena. Por 9€ hay un tren que en una hora y diez minutos te deja en la estación Südbanhof de la capital de Austria. En el camino del hotel pudimos pasar por el Palacio del Belvedere y sobretodo por el espectacular Monumento de la Liberación erigido en honor a los soldados sovieticos que liberaron Austria del dominio nazi.Caminando un ratito más dejábamos las maletas y nos dirigíamos Innere Stad para echar un vistazo a la espectacular Catedral Stephansdom donde en 1991 conocí a Don Juan de Borbón.

Al día siguiente nos fuimos tempranito al Palacio de Schönbrunn para visitar los majestuosos jardines imperiales que habían hospedado a emperadores como Francisco José I o Napoléon. Muy bonito este palacete, aunque el interior sea bastante rococó con ambientes muy recargados y tope de "Sisí Emperatriz". Tanto mi novia como yo teníamos ganas de ir a visitar la Noria del Prater para poder así ver todo una panórámica espectacular de Viena: y así fue, aún a expensas del viento reinante y al blanceo de la noria. Espectacular.

Después de la noria hicimos una pateada tremenda para poder llegar al mercado; pero antes de eso pasamos por el río Danubio y por la espectacular Catedral Karlkischer donde pudimos comprobar el merito que tiene hacer esa fachada. Una vez en el mercado de la zona de Naschmarkt nos pusimos a papear un gulasch cantidad de bueno que nos puso las pilas a los dos para poder seguir con la travesía. Pasamos por el Edificio de la Secesión ( que ni fú ni fá) para toparnos con la Staatsoper ( ópera de Viena) que es un edificio muy chulo: increíble ( como diría Bisbal).

Entonces volvimos a ir al centro para esta vez entrar en la Catedral Stephanson y sobretodo ir a las catacumbas, donde bajas unos 6 metros bajo tierra y hace una humeda de la ostia para ver a 17.000 personas...bueno , ver sus calaveras y huesos.

De vuelta a la superficie pasamos por otra catedral muy bonita llamada San Pedro para llegar al Palacio Hofburg y ver unas preciosas ruinas romanas cerca de su entrada. Posteriormente nos fuimos hacia el Parlamento Austriaco y el Ayuntamiento que son dos edificios realmente espectaculares. Delante de la casa consistorial vimos a mucha gente patinar sobre hielo y jugar a bolos !!!en el hielo!!!....era muy gracioso. Después de reirnos un rato nos marchamos a la zona universitaria para ir a la Plaza de Sigmund Freud y ver la Catedral de Votivkirche. Como ya se hizo de noche nos marchamos para el centro para comer algo no sin antes poder ver una manifestación de serbios en contra de la independencia de Kosovo y otra de kosovares al contrario.

En resumidas cuentas: Viena es muy bonita, se ve todo muy fácil,se puede ir andando, hay buen transporte publico,no hace frío ( hacía calor), la gente es muy educada pero hablan como si estuvieran enfadados, los coches no pitan, los cafés están malos, a las 8 de la mañana no hay ni Dios por las calles y está lleno de españoles.