Estuvimos la semana pasada haciendo una visita en el Mercat Medieval de Vic. Primero de todo destacar que no hizo nada de frío y eso se agradeció. El mercado en sí es muy chulo y vas paseando por calles repletas de puestos de cosas y comidas típicas de la época. El olor a chorizo frito y a botifarra está presente en cada esquina, así que no tardamos mucho en meternos un bocata acompañado de un vino de puta mare. Se nos iban los ojos a las tartas de queso, a la miel y sobretodo a los quesos...pero en una calle muy larga tuvimos unos ataques de gula tremendos y no pudimos evitar zamparnos un buen trozo de tarta de manzana y seguidamente un chucho de crema. No contentos con eso, compramos un kilo de magdalenas caseras y un queso de cabra y oveja. Estabamos reventados de comer y al cabo de seis horas de paseo ( en las cuales vimos a Herr Steria y a medio Satorras) volvimos para la Comarca, no sin antes ver unas réplicas de Dardo, Tizona y Andúril que son espadas muy famosas de personajes literarios. El año que viene, fijos otra vez.
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