La capital de Irlanda es una ciudad totalmente recomendable para pasar un fin de semana ya que se puede visitar en su totalidad en este espacio de tiempo. Lo primero que hicimos al llegar ( que fue de noche) fue meternos en un local llamado Deceys donde la gente ya iba medio chuza, por no decir chuzos de todo. Con grandes esfuerzos conseguimos zafarnos de la marea humana que inundaba el local para lograr llegar a la barra y zamparnos una Guiness. Nuestra primera toma de contacto fue todo un exito..lo que no es un gran exito es ver como bailan los irlandeses de mal.
Al dia siguiente lo primero que hicimos fue ver el Parque de St. Stephen. Por suerte tanto mi novia como yo nos llevamos una grata sorpresa al ver que no hacía nada de frío a eso de las nueve de la mañana ( la noche anterior hizo 15ºC) y a esas horas las bufandas y guantes sobraban. Despues del parque nos metimos en Dawson Street para ver la Catedral de Sta. Anna y posteriormente comprar unos quesos de la isla ( mientras el tio me dio a probar unos diez). Nos metimos en Grafton Street que es una calle tope de comercial y entonces vimos muchos pubs por la zona y uno nos sorprendió más que otros: se llamaba Bruxelles y sus torretas eran la leche.
Por una calle de aquellas nos paramos a tomar un café con leche ( capuccino allí); pero tanto a mí como a ella, nos gusta más el de aquí....!sin lugar a dudas!. Después de esto, nos marchamos para ver el Castillo de Dublín y el Council Town donde nos hicimos las fotos de rigor. Entonces empezó a hacer aire y ahora sí que nos tuvimos que abrigar bien. Visitamos la Catedral de St. Patrick, donde hay que pagar entrada, pero que merece la pena pues parece un museo de historia con tiendas de merchandising en el interior. Aquí me hinché de hacer fotos a las cristaleras. Acto seguido vimos la Catedral de St. Christ, pero en ésta no entramos por no pillar una sobredosis religiosa. Entonces nos marchamos hacia el parque más grande de Europa, llamado Phoenix Park , donde solo alcanzamos llegar hasta el inmenso obelisco. De vuelta, nos metimos en O'Connell Street para quedarnos alucinados del ambiente que había tanto en esa calle con en las adyacentes, y ver sobretodo el sencillo y majestuoso Spire con sus 120 metros de altura. Aprovechando que estabamos por allí nos fuimos a ver la zona del Bank os Ireland para cruzar el río y llegar al Temple Bar. Esta sona es donde hay cantidad de pubs irlandeses, que ni por asomo se parecen al Ugly Mug de Mataró. Estaba a reventar y había un concierto de musica irlandesa a cargo de cuatro tios. Se estaba tope de agusto y nos metimos una kilkenny. Repito: el ambiente era espectacular.
Al dia siguiente fuimos de nuevo para la zona de Temple Bar para hacer las ultimas compras, y de paso comimos en un pub que se llama St. Johm Gorgory la tipica comida irlandesa donde había otro concierto de musica irlandesa...!!!Una chulada!!!. Por cierto en esta ciudad hay una tienda que se llama Forbidden Planet donde vende merchandising de los Goonies. Antes de marchar fuimos a Grafton Street a hacernos una foto con Molly Malone, pero vimos que el guiri que la hizo nos sacó fatal una vez montados en el avión; así que mi novia y yo dijimos que "había que venir otra vez".
RECOMENDACIONES:
-La gente va muy chuza.
-Son pelirrojos y con mejillas rojas.
-Mucha gente hablando castellano y catalán.
-Por la noche los nativos gritan "Rafa ...Rafa...Rafa..."
-Te dan morcilla, chorizo y tortilla de patatas para desayunar.
-Siempre hay un español currando en el hotel.
-No es caro.
-Los puesto de hippies son cutres.
-Los policias son muy majos y no multan.
-Las tiendas Carroll's son de merchandising y son tope de chulas.
-No hace frío en invierno
-De 12 a 17 horas hace muuho viento
-A las 16.30 es casi de noche.
-El agua está muy fría.
-Mucha gente de allí toca la flauta.
-El aeropuerto es la ostia de chulo...parece Diagonal Mar.
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