La muerte del Chico Lanzador había sido un duro golpe para las Feminattis, pero Vatticana y sus secuaces no se iban a echar atrás, pues ahora más que nunca su orgullo estaba herido y clamaban venganza.
La parte positiva de la muerte, era que ahora sabían con seguridad que los Varones se dirigían a Escocia y que habían comenzado la búsqueda del Anillo. Era evidente que aquello no era una noche en tienda de campaña a la luz de las estrellas, sino la vanguardia de la expedición, y Strangelove estaba en lo cierto sobre el paradero del Anillo, ya que consiguieron sacarle toda la información tras torturarle a base de una sesión continua de películas de Marisol.
Por eso Vatticana había decidido atacar a los Varones donde más daño podía hacerles...
(tres horas más tarde)...
-Ha llegado la hora-, dijo Quel, tras desenfundar su arma.
-Esta vez no defraudaremos a Vatticana.-Su voz denotaba maldad en cada sílaba que pronunciaba. Era Ronaldinha, la feminatti que más miedo daba...
Ambas se apostaron en la puerta principal del cuartel general de los Varones. Sigilosas como serpientes consiguieron entrar y se escondieron tras una puerta al oír los pasos que se aproximaban quince metros más adelante.
- ¿Cómo le irán a ellos?..No tenemos noticias desde el ataque del Chico Lanzador.
-Yo también tengo esa angustia, Lambrusco- respondió Herr Steria
Siguieron caminando a través del pasillo principal en dirección a la puerta de salida cuando Lambrusco percibió un extraño olor....
-¡Espera Herr!- ¡No salgas!....Huelo a .....
De pronto, los gritos agonizantes de Herr Steria resonaron en todo el edificio....
-¡Arggggg.....!
Quel le había atrapado y en su mano derecha se podía ver su Rowenta de doble acción, una maquina de depilar demoledora. La feminatti le había depilado medio pecho derecho
-¡!!!Herrrr!!!!...gritó Lambrusco.....!!!!Ayuuuuudaaaaaaaaa!!!!!!.
Su grito alertó a los Varones que yacían en el piso superior. La Obis Juanis Kenobis corrieron hacia la entrada, y con ellas Iro Off y Busi.
Lambrusco pudo esquivar el mordisco de Ronaldinha, que con sus largos piños amenazaban el cuello de la varona.
-¡Eres fea con ganas!... espetó Lambrusco a su adversaria, que se puso roja como un tomate y un brillo asesino se reflejó en sus ojos.
Acto seguido Ronaldinha atacó de nuevo con sus afilados piños, pero Lambrusco consiguió esquivarla con un giro espectacular a la derecha tras realizar un movimiento con sus brazos hacia arriba, como si estuviera cogiendo una manzana, y arrojándola después por el costado con los brazo bajados.
-A esto le llamó “la segunda”-, dijo Lambrusco, que sonrió alegramente...
Herr Steria, no pudo zafarse de Quel, la cual le había depilado casi todo el cuerpo e incluso le había rociado con cera caliente por sus partes más vitales.
El joven varón, cayó desplomado segundos más tardes y murió a causa de la pérdida de vello corporal. Sus últimas palabras fueron: ¡Hija de puuuuutaaaaa!
Lambrusco seguía luchando contra Ronaldinha y advirtió que aún entraban más feminattis en el edificio.
-¡Dios mío!..!Son Chicas Clap!-gritó Lambrusco. El resto de Varones llegó a la zona de conflicto.
Las Obis Juanis lanzaban sus sartenes y paelleras por doquier derribando a las Chicas Clap, pero eran muchas y no podrían contenerlas por mucho tiempo.
Iro Off se escoró un poco a la izquierda del pasillo y desde allí con su varita mágica realizó unos conjuros
-¡Gira tutt’intorni la stanza!-profirió en perfecto italiano, y diez feminattis giraron y giraron hasta que se marearon y cayeron desmayadas.
Los Varones consiguieron expulsar a las feminattis, pero antes una Chica Clap se acercó a Lambrusco por la espalda y tras levantar ambos brazos despidió un fuerte hedor desde sus axilas.
Lambrusco cayó desmayada.
En las afueras del edificio esperaban una treintena de Chicas Clap y Chicos Disco, pero de pronto apareció Busi, que con una mirada picarona al resto de Varones, mandó que todos ellos se pusieran detrás de él.
-¡Rendíos!...dijo un Chico Disco, que empuñaba una Philipshave Turbo de tres hojas...Dadnos a los hermanos-,profirió de nuevo.
-¡Rápido...detrás mío!..gritó de nuevo Busi. Y entonces sucedió.
Busi sacó su guitarra de plástico y encorvó el cuerpo hacia delante mientras con su mano derecha punteaba la guitarra.
Las Obi Juanis, Iro Off, Laura y Skylópez acompañaban los riff levantando la mano izquierda y haciendo el signo de los cuernos y un halo salvador salió de la guitarra de Busi, eliminando a todos los enemigos.
Sólo Ronaldinha consiguió escapar de la destrucción, tras ocultarse tras Quel cuando el halo de luz se dirigía hacia ella.
Los Varones no pudieron capturarla y ahora solo les preocupaba la suerte de Herr Steria y la inconsciencia de Lambrusco a causa del hedor.Laura se arrodilló ante Herr Steria y tras acariciar su pecho desnudo de pelo, miró al bosque que se apostaba delante de ella y dijo: “Lo pagarás, Vatticana”
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